LONDRES (Reuters) - Investigadores griegos pidieron el miércoles que se realicen más estudios de seguridad sobre los cigarrillos electrónicos, ya que el conocimiento científico sobre estos dispositivos es "muy limitado".
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Los cigarrillos electrónicos fueron fabricados por primera vez en China y se comercializan fundamentalmente por internet.
Se trata de dispositivos a batería que emiten "humo" o un tenue vapor de nicotina a los pulmones y pretenden reemplazar a los cigarrillos comunes y ayudar a los fumadores a abandonar el hábito.
Estos productos están en el centro de una batalla legal desatada en Estados Unidos entre sus fabricantes y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por su sigla en inglés), que regula las medicinas en el país norteamericano y quiere que se dejen de importar estos cigarrillos.
La FDA, que efectuó estudios sobre los cigarrillos electrónicos, expresó preocupación sobre su seguridad y equipos de Grecia y Nueva Zelanda también realizaron investigaciones sobre estos productos.
Pero las interpretaciones de los tres informes varían. El estudio neozelandés dice que los cigarrillos electrónicos deberían recomendarse porque son más seguros que los de tabaco, mientras que la investigación griega tiene una postura mucho más neutra.
"La información limitada brindada por estos tres reportes representa todo el conocimiento con el que actualmente contamos sobre los cigarrillos electrónicos", señalaron en British Medical Journal Andreas Flouris y Dimitris Oikonomou, del Instituto de Desempeño Humano y Rehabilitación, en Grecia.
"Este sería un motivo por el cual la batalla (...) entre la FDA y los fabricantes de cigarrillos electrónicos ha sido tan encendida", añadieron los investigadores.
El tabaco es la principal causa evitable de muerte en el mundo y causa más de 5 millones de decesos por año.
Un informe de la Fundación Pulmonar Mundial de agosto pasado indica que, si se mantienen las tendencias actuales, fumar podría provocar la muerte de 1.000 millones de personas durante este siglo.
Flouris y Oikonomou manifestaron que si bien "las estrategias alternativas al tabaco siempre son bienvenidas en un esfuerzo por reducir la amenaza a la salud pública" que implican los cigarrillos, la seguridad también es vital.
"Se necesitan análisis químicos más rigurosos, seguidos de una extensa investigación que incluya estudios sobre animales y, finalmente, ensayos en humanos", escribieron los expertos.
(Reporte de Kate Kelland; Editada en español por Ana Laura Mitidieri)
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