lunes, 11 de abril de 2011

Las estrellas enanas blancas se fusionan entre ellas

Las estrellas enanas blancas se fusionan entre ellas cuando están
muriendo para 'renacer' en una segunda vida, según se ha descubierto
tras un estudio realizado por un equipo internacional de científicos.

Según señalan los expertos, el azar ha sido "fundamental" para llegar
hasta este hallazgo ya que los investigadores buscaban
estrellas 'superveloces' --aquellas que se mueven tan rápido que el
campo gravitatoria de la Vía Láctea no puede retenerlas-- cuando se
encontraron con una docena de sistemas estelares binarios compuestos
por pares de estrellas enanas blancas "más ligeras de lo habitual", y
que podrían acabar fusionándose para iniciar una segunda vida.

Concretamente, lo que sorprendió a los profesionales es que se trata de
sistemas "bastante extraños", compuestos por dos objetos del tamaño de
la Tierra orbitando uno alrededor del otro y separados por una
distancia menor que el radio del Sol, ha explicado el astrónomo del
Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics, Warren Brown.

Además, según los datos de los astrónomos, las enanas blancas
descubiertas en este estudio se encuentran entre las más ligeras jamás
observadas, con sólo un cuarto de la masa del Sol. En este sentido,
Brown ha señalado que están formadas por helio y no por carbono y
oxígeno como la mayoría de las enanas blancas.

Para el investigador, estas características son un problema ya que,
supone que las enanas blancas serían los remanentes de estrellas
nacidas con la mitad de la masa del Sol y que tienen una esperanza de
vida de más de 30.000 millones de años. "Es algo que resulta imposible
porque el Universo tiene tan solo 14.000 millones de años", ha
explicado.

La solución a este problema es que las estrellas progenitoras de estas
enanas blancas no evolucionaron aisladas sino en pares, con unas
órbitas tan apretadas que las fuerzas de marea (similares a las que
induce la luna sobre los mares en la Tierra) provocaron que perdieran
tremendas cantidades de materia.

De este modo, al orbitar tan rápidamente una alrededor de la otra,
perturban el continuo espacio-temporal y crean ondas gravitatorias que,
al propagarse, restan energía al sistema haciendo que las estrellas se
acerquen cada vez más hasta que, tarde o temprano, colisionen y se
fusionen en un único objeto.

Según los cálculos de los investigadores, el primero de los sistemas
observados, el que tiene la órbita más corta, podría fusionarse en unos
130 millones de años.

Fuente: ep

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