Como sabemos el Sol es una estrella, y como la mayoría de ellas el
también es de tipo variable. Esto significa que su brillo no es
contante, en el caso de nuestro astro el período es de 11 años.
Imagen: Mediciones de la irradiancia total solar (ITS, en idioma
español o TSI, en idioma inglés) llevadas a cabo desde el inicio de la
era espacial. La ITS es el resultado de la suma del brillo solar a
través de todas las longitudes de onda del espectro electromagnético
(con luz visible y con UVE incluidos). La ITS sube y baja con el ciclo
solar de 11 años. Crédito: C. Fröhlich.
Prácticamente nada del espectáculo asociado con el máximo solar es
visible al ojo humano. Observe al Sol en el cielo del mediodía y verá
que es la misma bola de luz resplandeciente, vieja e insípida, de
siempre.
"El problema es que los ojos de los seres humanos están calibrados en
la longitud de onda incorrecta", explica Tom Woods, un físico solar de
la Universidad de Colorado, en Boulder. "Si se desea ver bien la
actividad solar, se debe observar en el ultravioleta extremo (UVE o
EUV, en idioma inglés)".
UVE (EUV, en idioma inglés) es la abreviatura de "ultravioleta
extremo", una forma muy energética de la radiación ultravioleta, con
longitudes de onda de entre 1 y 120 nanómetros. Los fotones de la
radiación UVE son mucho más energéticos y peligrosos que los rayos UV
comunes que causan quemaduras solares. Afortunadamente para los seres
humanos, la atmósfera terrestre bloquea la radiación UVE; de lo
contrario, un día en la playa podría ser fatal.
Cuando el Sol está activo, las emisiones solares intensas del UVE
pueden aumentar o disminuir por factores de miles sólo en cuestión de
minutos. Estas mareas de radiación calientan la atmósfera superior de
la Tierra, dilatándola y aumentando el arrastre que ejerce sobre los
satélites. Los fotones del UVE también disocian átomos y moléculas,
creando de este modo una capa de iones en la atmósfera superior, lo
cuales pueden llegar a afectar seriamente las señales de radio.
Para monitorizar estos fotones energéticos, la NASA va a lanzar un
sensor llamado "EVE", abreviatura de Experimento de Variabilidad del
UVE, el cual viajará a bordo del Observatorio Solar y Heliosférico, el
próximo invierno (boreal).
"EVE nos da la mayor resolución temporal (10 segundos) así como la
mayor resolución espectral (< 0,1 nm) que jamás hemos tenido para
realizar mediciones del Sol, y estará disponible durante las 24 horas,
los siete días de la semana", comenta Woods, el científico principal
del EVE. "Esto es un gran avance respecto de las misiones del pasado".
A pesar de que el EVE está diseñado para estudiar la actividad solar,
su principal interés es estudiar la inactividad del Sol. El
Observatorio de Dinámica Solar (SDO, en idioma inglés) va a ser lanzado
mientras se produce el mínimo solar más profundo en casi 100 años. Las
manchas solares, las llamaradas y las eyecciones de masa coronal se
encuentran en su punto más bajo. Pero esto no representa un problema
para Woods, quien considera que el mínimo solar es tan interesante como
el máximo.
"El mínimo solar representa un momento de quietud en el que podemos
definir una referencia para evaluar tendencias a largo plazo", explica
el científico. "Todas las estrellas son variables en algún nivel y el
Sol no es la excepción. Nosotros ahora queremos comparar el brillo
actual del Sol con el que tenía durante mínimos previos y entonces
preguntarnos: ¿El Sol está tornándose más brillante o más tenue?"
Últimamente, la respuesta parece ser que es más tenue. Las mediciones
tomadas por una variedad de naves espaciales muestran una tendencia de
12 años hacia la disminución de la irradiancia solar, cerca del 0,02%
en las longitudes de onda visibles y un 6% en las longitudes de onda
del UVE. Estos resultados, mediante los cuales se puede comparar el
mínimo solar del período 2008-2009 con el mínimo previo, registrado en
1996, se encuentran aún en estado preliminar. La misión EVE
incrementará la confianza que se tiene en las tendencias al identificar
con exactitud el espectro del UVE con una precisión que no tiene
precedentes.
Todavía no se comprende por completo la variabilidad intrínseca del Sol
y su potencial para cambios futuros (de allí surge la necesidad de
realizar la misión EVE). "La porción del UVE del espectro del Sol es la
que más cambia durante un ciclo solar", comenta Woods, "y esa es la
parte del espectro que estaremos observando".
Fuente: Ciencia@Nasa
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