miércoles, 30 de septiembre de 2009

SAGITARIO A, el gigante aujero negro de nuesta galaxia en un impasse

Sagitario A, el gigante agujero negro de nuestra galaxia, parece estar
descansando luego de una gran actividad. Asi parece mostrar el
análisis, efectuado sobre imágenes captadas por el telecopio de rayos X
Chandra, y llevado a cabo por astrónomos de la universidad japonesa de
Kyoto.

«Nos hemos preguntado con asombro por qué el agujero negro central de
la Vía Láctea parece ser un gigante adormilado -afirma el investigador
Tatsuya Inui, de la universidad japonesa de Kyoto-. Pero ahora nos
hemos dado cuenta de que fue mucho más activo en el pasado. Quizá esté
solo descansando después de esa gran actividad».

Tatsuya Inui lidera un equipo de astrónomos que utiliza datos de varios
satélites y observatorios de rayos X (los japoneses Suzaku y Asca X, el
Chandra de la NASA y el XMM-Newton, de la Agencia Espacial Europea)
para determinar la historia de «nuestro» agujero negro central. Y esos
datos revelan que hace no demasiado tiempo (apenas unos 300 años) que
Sagitario A expulsó una gigantesca llamarada de energía. Después se
«apagó» y así ha seguido hasta ahora.

La razón para utilizar telescopios de rayos X es que, sencillamente, en
ningún otro rango del espectro se podrían obtener resultado parecidos.
Los rayos X, en efecto, penetran (casi como si no existieran) en el
interior de las densas nubes de polvo y gas que rodean el centro
galáctico, y nos muestran lo que hay en su interior. Algo que sería
imposible con un telescopio óptico.
Los datos obtenidos entre 1994 y 2005 indican que las nubes de gas que
le rodean (y que los científicos llaman Sagitario B2), brillan y se
apagan rápidamente a la luz de los rayos X. Una radiación que procede
del borde mismo del agujero negro, donde se acumula la materia
alrededor del gigante, que se calienta y emite rayos X.

Durante los últimos 300 años, los rayos X que demuestran la existencia
de esa gran llamarada a principios del siglo XVIII han recorrido, a la
velocidad de la luz, la distancia que separa Sagitario A de Sagitario
B2. Por eso, cuando los científicos observan que algo sucede en la
nube, lo que ven en realidad es algo que sucedió hace ya tres siglos.
Por suerte para los investigadores, ese «algo» es una serie de bruscos
cambio de brillo en Sagitario B2 (una región de «sólo» diez años luz de
tamaño). «Observando cómo esa nube se ha encendido y apagado durante
los últimos diez años -explica Katsuji Koyama, uno de los miembros del
equipo investigador- podemos reconstruir la actividad del agujero negro
hace 300 años. Y el resultado es que entonces era hasta un millón de
veces más brillante que ahora. Debió de liberar una llamarada
increíblemente potente».

Fuente: ABC.es

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