miércoles, 16 de septiembre de 2009

Victoria: la ciudad con mayor avistaje de ovnis 02/09/2009 09:15 | A 112 kilómetros de la ciudad de Paraná y a 380 de la ciudad de Buenos Aires, y fre

Victoria: la ciudad con mayor avistaje de ovnis
02/09/2009 09:15 | A 112 kilómetros de la ciudad de Paraná y a 380 de la ciudad de Buenos Aires, y frente a la populosa Rosario, un un alud de sucesos extraños le dio una trascendencia periodística inesperada: aislados vecinos primero y grupos organizados después, fueron testigos de una verdadera oleada de apariciones de ovnis, abducciones, mutilaciones de ganado, visitantes de dormitorio y seudoconspiraciones militares.
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Marcos Linera
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Marcos Linera

El 24 de junio de 1991 (la misma fecha que la observación de Kenneth Arnold dio origen al “nacimiento” de la historia contemporánea de los ovnis, 24 de junio, noche de San Juan Bautista, en que las leyendas milenarias dicen: “noche en que los espíritus vagan libres sobre la faz de la tierra”), un periodista de radio y televisión local llamado Ramón Pereyra y el camarógrafo Héctor Frutos (del Canal 4 de esa localidad) fueron llamados urgentemente desde la estancia La Pepita, ubicada a diez kilómetros de la ciudad de Victoria y propiedad de la familia Basaldúa.
Fue precisamente su propietaria, la señora Gonçalves de Basaldúa, la que desde hacía varias noches, descansando en compañía de su empleada Irma sentadas en la galería de acceso a la vivienda, venían observando extrañas luces rojas evolucionando a baja altura sobre la Laguna del Pescado. Ellas mismas comenzaron a bromear entre sí respecto del ovni de las 9 (todas las observaciones se realizaban alrededor de las 21 horas) pero curiosas por no poder encontrarles una explicación convencional (la frecuencia horaria les hizo en principio pensar en un vuelo comercial) decidieron llamar al periodista, por cierto muy popular en la zona, para participarle la inquietud.
Así fue que esa noche, pasadas las 20, ambos profesionales se ubicaron en la amplia explanada que da frente a la vivienda, ignorantes no sólo del episodio que estaban a punto de protagonizar, sino asimismo de la saga que ello desencadenaría. Y fue 45 minutos más tarde, cuando una brillante luz roja proveniente del norte se dirigió hacia los testigos, se detuvo algunos segundos sobre la vertical de la laguna y luego salió disparado hacia el oeste, en dirección a la ciudad de Rosario, ubicada sobre la otra margen del ancho Paraná y sus islas, tal como tantas noches antes lo había hecho. Sólo que esta vez había una diferencia. Una cámara de video funcionando.
Y fue una pequeña gran diferencia, por cierto. Porque la cinta, puesta en circulación por ese modesto canal de cable de provincia, llegó a la gerencia de noticias de uno de los más importantes canales de televisión abierta de Buenos Aires, el oficial ATC (Argentina Televisora Color).
De allí fue levantado por las agencias periodísticas extranjeras interesadas en la novedad y rápidamente difundida en todo el mundo. Ciertamente, la pequeña ciudad de Victoria acababa de salir del anonimato.
La difusión desmesurada cayó sobre la gente de esa población con una violencia psicológica inusitada; aún hoy, sigue resultando difícil desbrozar la paja del trigo, comprender en su verdadera dimensión el fenómeno físico y la tempestad sociológica que se abatió sobre el lugar. Aún hoy, muchos lugareños siguen relatando observaciones de ovnis, cada vez más difusas, cada vez más protagonizadas por testigos inhallables, cada vez más folklóricas. Aún hoy, el cerro La Matanza, el punto más alto de los alrededores y mirador obligado de los cazaovnis de fin de semana, registra, todas las noches, el aparcamiento de automóviles con bulliciosos grupos familiares. Aún hoy, los mercaderes de ilusiones ajenas encuentran en Victoria terreno propicio para sus negocios o sus delirios. Pero quizás aún hoy en Victoria siga pasando algo.
A partir del testimonio de Frutos y Pereyra, ocurre en la ciudad de Victoria una estampida de observaciones de ovnis o, mejor dicho, testimonios de observaciones.

Las mutilaciones de ganado
La saga platillista de Victoria no estaría completa si durante los meses de mayo de 1992 a septiembre de 1993 no se hubiera presentado una de las aristas más inquietantes y controversiales del fenómeno ovni: las mutilaciones de ganado.
Sentados antecedentes en Estados Unidos, Centroamérica, Europa y Asia desde unos treinta años atrás, vienen haciendo hincapié en la aparición de bovinos, equinos u ovinos muertos por extrañas circunstancias; con algunos órganos extraídos quirúrgicamente, y todas las evidencias de haber sido sometidos a necropsias inteligentes.
Entre las teorías “racionalistas” para explicar un fenómeno que no sólo tenía preocupados a los granjeros sino también a los ovnílogos, se acudió a las más peregrinas hipótesis, desde el ataque de ignotos depredadores (suposición errada ya que la totalidad de las extirpaciones están hechas con instrumentos altamente cortantes y con precisos conocimientos de anatomía animal), hasta la de grupos satanistas que realizaban esotéricos rituales, lo que fue descartado luego de que las investigaciones policiales no sólo no hallaron pista alguna que sustentara esta teoría, sino cuando también fallaron todas las emboscadas para atrapar a los presuntos ladrones.
Aún más extraño: bajo una vigilancia extrema, aparecieron muchos casos con las primeras luces del alba, de animales mutilados sin que en las horas precedentes los celosos sabuesos hubieran detectado ningún tipo de actividad.

Primero en el ranking
La Fundación Argentina de Ovnilogía (FAO) tiene un ranking de los sectores con mayor cantidad de avistajes. Luis Burgos, su creador, aseguró que en 2008 dicho ranking estuvo liderado por Victoria y que en tercer lugar se ubicó Capilla del Monte y en el octavo, pero escalando posiciones, el Valle de Calamuchita.

Silvia Pérez Simondini, investigadora de este tipo de fenómenos y directora del Museo del Ovni de Victoria, aseguró que “acá en Victoria desde principios del siglo XX se han dado testimonios de que esto ocurre. En nuestra localidad se dan permanentemente este tipo de fenómenos. Pienso que en todos los lugares donde hay agua y elevación siempre están”, continuó agregando.

La opinión de la directora del Museo del Ovni de Victoria, es que “están demostrando su existencia para que a nadie le queden dudas, porque estas manifestaciones están ocurriendo no sólo acá, sino que en todo el mundo. Con todo esto que está pasando en el último tiempo, es prácticamente imposible dudar de su existencia”.

Fuente: Diario UNO

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