Para el año 2012 la agencia espacial europea pondrá en órbita un nuevo
telescopio con el objetivo de realizar una catalogación de 1000
millones de objetos estelares.
Una tarea sin precedentes de 5 años de duración que generará un nuevo
mapa de nuestro universo, con datos muchísimo más precisos que los
actuales.
En 1989 el satélite de la ESA Hipparcos, en órbita terrestre, inauguró
la era de la astrometría espacial. La astrometría es la ciencia que
estudia la posición y movimientos de los objetos estelares. Hipparcos
realizó durante varios años múltiples mediciones que permitieron, tras
una ardua labor de procesado de datos, crear un nuevo catálogo
astrométrico con 100.000 estrellas, 100 veces más preciso que los
anteriores.
Pero los astrónomos piden más. Con la misión Gaia, que se lanzará en
2012, la astrometría dará otro paso de gigante. Gaia logrará una
precisión del orden de 20 microsegundos de arco (equivalente al ángulo
creado por una moneda de un euro sobre la Luna vista desde la Tierra).
Se puede consultar (en inglés) la información sobre esta misión en esta
página web de la ESA.
Para poder realizar su misión Gaia viajará a un punto virtual en el
espacio -el segundo punto lagrangiano- situado a 1,5 millones de
kilómetros y donde la gravedad de la Tierra y el Sol se combinan de tal
forma que los satélites pueden quedar como colgados en el espacio. El
ambiente ahí es mucho más estable del que se podría alcanzar en la
superficie terrestre o incluso del que gozó Hipparcos. Una vez
alcanzada su órbita operacional, Gaia comenzará a barrer el cielo
concienzudamente, dando una vuelta sobre sí mismo cada seis horas y
registrando la posición de los objetos que entren en el campo de visión
de sus dos telescopios gemelos.
Al cabo de seis meses de operaciones, Gaia habrá observado el cielo al
completo y habrá recopilado datos sobre 1.000 millones de objetos. Para
poder alcanzar la precisión requerida se han de completar varias
mediciones de los mismos objetos con ángulos y tiempos diferentes, por
eso el satélite continuará su misión durante cinco años hasta observar
cada estrella un promedio de 80 veces.
Gaia dispondrá además de un instrumento para medir el color de las
estrellas y otro para determinar su espectro. El color ayuda a los
astrónomos a conocer el tipo, tamaño y edad de las estrellas, mientras
que el espectro habla de la velocidad a la que se alejan o acercan.
El catálogo de datos que producirá Gaia tendrá un gran impacto en
muchas áreas de la astronomía. Permitirá ahondar en la estructura y
evolución de nuestra galaxia, y también se espera descubrir unos 10.000
nuevos planetas extrasolares; más de 100.000 nuevos asteroides y varios
cientos de millones de sistemas múltiples.
La construcción del satélite, un reto tecnológico de primer orden, se
lleva a cabo bajo supervisión de la ESA por empresas de toda Europa,
con EADS Astrium como contratista principal. El satélite utiliza 10
espejos y 106 detectores. Su sofisticado procesador de a bordo le
permitirá acumular los datos de las imágenes a medida que el satélite
gira. Las estaciones de seguimiento recibirán los datos cada noche y
los transmitirán al centro de control de operaciones situado en
Alemania; de ahí los datos serán reenviados al Centro Europeo de
Astronomía Espacial de la ESA (ESAC), en Villanueva de la Cañada
(Madrid). En el ESAC se realizará una parte importante del procesado de
datos y las operaciones científicas.
El análisis completo de los datos llevará varios años, involucrará a
más de 500 científicos e ingenieros y tendrá lugar en varios centros
distribuidos por toda Europa. España realiza una contribución
importante al proyecto, a través de varios investigadores de la
Universidad de Barcelona, donde se llevan a cabo tareas tales como la
simulación de los datos que Gaia generará y donde también se llevará a
cabo parte del procesado.
Esta maravilla de la ingeniería comenzará su vuelo en la primavera de
2012 desde la Guayana Francesa, a bordo de un cohete ruso Soyuz. Los
primeros resultados del catálogo estarán disponibles algún tiempo más
tarde. El procesado final puede alargarse hasta 2020. Los datos finales
servirán entonces para que los jóvenes Hiparcos y Tychos del siglo XXI
nos desvelen nuevos misterios del universo en que vivimos.
Fuente: EL PAIS.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu cometario.Esperamos siempre que colabores con este blog.