Cientos de fieles católicos desfilan ante imagen que llora sangre

Las estatuas alojan el espíritu de los dioeses y de los santos?
Miles de personas parecen creerlo y buscan en piedras, yesos y otros materiales el respaldo más que sólido, nunca mejor dicho como en este caso, para su fe. Esas formas transladan la personalidad y la gracia de los seres celestiales, confiriendoles a sus ocasionales cuerpos la dignidad y el poder de su esencia, de modo que los simples mortales podamos recibir unas gotas de su piedad, lástima que si se caen al piso, ser rompen. Ya lo dijo la Biblia:
Los que adoran a las imágenes como ellas serán. No verán, ni caminarán, ni darán voces.
Tengo un gran respeto por la Virgen María y preferiero creer que ella es una persona llena de belleza y amor, que no necesita de estatuas ni de liturgias para manifestar su amor a la humanidad. Creer que esta mujer que dio a luz al Cristo reside en una estatua que puede hacerse añicos al mínimo golpe es una gran falta de respeto.
Cientos de fieles católicos desfilan desde hace cinco días por una casa de la provincia de Córdoba, en el centro de Argentina, para venerar la imagen de una virgen que "llora sangre" según afirman los vecinos, informó hoy la prensa local.

Los peregrinos forman extensas filas para ver la pequeña imagen de una Virgen de Itatí situada en una modesta vivienda de la localidad cordobesa de Cruz del Eje, cuyo obispo, Santiago Olivera, pidió "prudencia y calma" por este caso.

"Cuando vi los ojos llenos de sangre no lo podía creer. Justo había soñado con la virgen. Estaba seguro de que me quería decir algo. Este fenómeno comenzó el domingo pasado. No le encontramos explicación", señaló el enfermero Raúl Leisa, dueño de la casa, al diario cordobés La Voz del Interior.

El hombre, que vive junto a su esposa y sus cinco hijos, aseguró que compró la imagen hace 12 años en la provincia de Corrientes y que al llegar al pueblo donde vive, fabricó una "caja de resguardo (para la virgen), que es hermética, y nunca se abrió".

"Para mí esto es un milagro. No puedo creer lo que veo", destacó Mónica, una vecina del lugar.