Una reciente investigación liderada por David Barrado y Navascués
(LAEX-CAB, INTA-CSIC) ha identificado la mejor candidata a proto-enana
marrón conocida hasta la fecha. La búsqueda se inició con el análisis
de los datos obtenidos mediante el telescopio espacial de infrarrojos
Spitzer.
Las enanas marrones son a menudo denominadas "estrellas fallidas". Se
cree que nacen de las nubes interestelares mediante procesos muy
parecidos a los de las estrellas normales, pero carecen de la masa
suficiente como para encender reacciones nucleares en su interior. Por
eso no pueden ser consideradas verdaderas estrellas, y de hecho algunas
de sus características recuerdan a las de los planetas gigantes.
Descubrir proto-enanas marrones; es decir, enanas marrones en sus
estados iniciales de evolución, es esencial para determinar su
verdadero mecanismo de formación y entender sus propiedades.
Un reciente estudio, que hace uso de datos en muy distintas bandas del
espectro electromagnético, desde el óptico hasta el rango de las
radioondas, y que han sido tomados tanto con telescopios en órbita como
desde tierra, ha encontrado la mejor candidata a proto-enana marrón
conocida hasta la fecha.
Enanas marrones muy jóvenes.
La primera enana marrón fue descubierta en 1995. Mucho hemos aprendido
desde entonces, pero el mecanismo o mecanismos de formación todavía es
algo fuertemente debatido. El proceso que dirige el nacimiento de una
enana marrón parece estar relacionado con el que gobierna el nacimiento
de una estrella normal, pero desconocemos gran parte de los detalles.
Estrellas y enanas marrones evolucionan muy rápidamente en sus primeros
estadios, lo que dificulta capturar con precisión su desarrollo inicial.
Y la dificultad aumenta debido a que los objetos extremadamente jóvenes
están todavía inmersos en las nubes de gas y polvo que les proveen del
material de condensación. Es lo que se denomina objeto de Clase 0 o I
en el esquema clásico de evolución de los jóvenes objetos estelares.
Se rastrearon cuerpos de luminosidad potencialmente baja (más débiles
que la décima parte de la energía solar), que todavía estuvieran dentro
de la zonas densas de las nebulosas. De este trabajo surgió una lista
preliminar de candidatos.
Como se afirma es este trabajo, "nos damos cuenta de que avanzamos por
territorios sin explorar, y que la contaminación por fuentes
extragalácticas o estrellas extinguidas pueden simular las propiedades
de un potencial objeto sub estelar". Por eso "se llevó a cabo un
exhaustivo análisis en diferentes rangos espectrales" .
Para este análisis multibanda se recuperó información de bases de datos
públicas a la vez que se efectuaron nuevas mediciones desde diferentes
observatorios. Se utilizaron el telescopio espacial Spitzer en el
infrarrojo medio, el cartografiado 2MASS en el infrarrojo cercano y el
archivo del telescopio CFHT en el óptico, y se programaron nuevas
campañas de observación con los observatorios siguientes: la antena de
30 metros IRAM (Granada, España) para el rango milimétrico, el Very
Large Telescope del Observatorio Austral Europeo (ESO, Chile) en el
infrarrojo próximo, el Caltech Submillimetre Observatory (Hawaii, EEUU)
para el rango submilimétrico, el Very Large Array (New Mexico, EEUU)
para ondas centimétricas y el telescopio de 3.5 metros de Calar Alto
(Almería, España).
El proyecto de investigación se originó a partir de una búsqueda
realizada con el telescopio espacial Spitzer. El seguimiento posterior
con el telescopio de 3.5 metros del Observatorio Hispano-Alemá n de
Calar Alto equipado con la cámara infrarroja Omega 2000 ha sido
esencial. En opinión de los investigadores, "los datos del CAHA han
sido la clave para confirmar la naturaleza del objeto", al suministrar
la imagen de alta resolución cercana al infrarrojo que ha resultado ser
la mejor candidata a proto-enana marrón jamás encontrada.
El objeto, conocido como SSTB213 J041757, está situado en la
constelación de Tauro, dentro de la nube oscura Barnard 213, a una
distancia de 450 años-luz (140 parsecs). La imagen de CAHA muestra que
es un objeto doble, y cada uno de cuyos componentes es compatible con
la condición de proto-enana marrón de Clase I.
Varias conclusiones se derivan de este trabajo. En relación con los
mecanismos de formación, los investigadores constatan que "si estamos
realmente ante una proto-enana marrón, las observaciones sugieren
claramente que no se formó en el entorno de la eyección, sino de una
manera similar a como lo hacen las estrellas poco masivas".
Trabajo y otras muchas observaciones serán necesarias para encontrar
otras candidatas a proto-enana marrón, así como para clarificar
definitivamente la naturaleza de estos primeros ejemplos. En esta
línea, sólo cabe esperar de este equipo de investigación nuevos e
impactantes descubrimientos para el próximo futuro.
Fuente: Nasa, Sinc
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