lunes, 30 de noviembre de 2009

Observatorio Estratosférico para Astronomía Infrarroja: SOFIA

No siempre los telescopios están en Tierra o en órbita, también lo
hacen volando sobre un 747. Este es el caso del telescopio SOFIA
(Stratospheric Observatory for Infrared Astronomy o Observatorio
Estratosférico para Astronomía Infrarroja en idioma español).
Responsables del proyecto; NASA y el Centro Aeroespacial Alemán.

Observará el universo mientras se desliza a través de la estratosfera a
13.700 metros (45.000 pies) de altura. Cuando comience sus operaciones
el año próximo, será el observatorio aéreo más grande y avanzado del
mundo.

"SOFIA está preparado para lograr resultados científicos
espectaculares" , dice la científica del proyecto Pamela Marcum. "Por
ejemplo, este telescopio nos ayudará a averiguar cómo se forman los
planetas y cómo llegó a existir nuestro propio sistema solar".

Y, como es un observatorio móvil, puede volar a cualquier lugar, a
cualquier hora. SOFIA se puede ubicar en una determinada posición para
capturar eventos astronómicos especialmente interesantes, tales como
ocultaciones estelares (cuando objetos celestes cruzan frente a
estrellas localizadas en el fondo), mientras que los telescopios en
tierra, ubicados en posiciones geográficas "incorrectas" en la
superficie de la Tierra, se pierden el espectáculo. SOFIA volará por
arriba del velo de vapor de agua1 que rodea a la Tierra con el fin de
lograr una mirada amplia del cosmos.

Si bien nuestra galaxia está repleta de sistemas planetarios, los
astrónomos no saben exactamente cómo se forman. Esto se debe a que los
telescopios comunes no pueden ver a través de las gigantes y densas
nubes de gas y polvo que dan origen a los planetas. Usando longitudes
de onda infrarroja, SOFIA puede penetrar la bruma y observar el proceso
de nacimiento -mostrando a los científicos cómo se juntan las moléculas
para construir mundos.

"SOFIA será capaz de localizar la 'línea de hielo planetaria' donde el
vapor de agua se convierte en hielo en el disco de polvo y gas que hay
alrededor de las estrellas jóvenes", dice Marcum. "Eso es importante
porque pensamos que allí es donde se forman los gigantes gaseosos. Los
núcleos planetarios más masivos son más comunes [en las cercanías de la
línea de hielo] porque las condiciones son las mejores para formar
rocas y también hielo". (Partículas de hielo pegajosas ayudan a formar
planetas de igual manera que ayudan a formar una bola de nieve para
lanzar a un amigo desprevenido. )

"Una vez que se forma un núcleo lo suficientemente grande, su gravedad
se vuelve lo suficientemente fuerte como para atrapar gas, de modo que
más moléculas de hidrógeno y de helio puedan 'pegarse'. Entonces, estos
grandes núcleos pueden crecer hasta convertirse en gigantes gaseosos
como Júpiter y Saturno. De lo contrario, continúan siendo planetas más
pequeños, con hielo y rocas".

"SOFIA también será capaz de indicar dónde se localizan dentro del
disco protoplanetario los componentes básicos, tales como el oxígeno,
el metano y el dióxido de carbono2".

Conocer dónde se ubican varias sustancias dentro del disco nos ayudará
a saber cómo se juntan desde "abajo" para formar planetas.

Una de las fortalezas clave del telescopio es que será el complemento
de otros observatorios infrarrojos. Con una vida útil de 20 años, puede
llevar a cabo estudios de seguimiento de objetos que telescopios
infrarrojos de corta vida útil no tienen tiempo de realizar. Si, por
ejemplo, un observatorio en órbita, como el WISE (Widefield Infrared
Survey Explorer, en idioma inglés, o Explorador Infrarrojo de Campo
Amplio, en idioma español), detecta algo que merezca más atención,
SOFIA puede realizar una larga y detenida observación, mientras el WISE
continúa mirando el resto del cielo.

"WISE está diseñado para escanear el cielo entero en longitudes de onda
infrarroja y reunir información de una multitud de objetos, más que
para estudiar objetos particulares con gran profundidad" , explica
Marcum. "Pero SOFIA tiene tiempo de sobra para realizar estudios más
profundos".

SOFIA también puede hacer ciencia mediante estudios de seguimiento
llevados a cabo con el fin de cosechar todos los beneficios de los
descubrimientos que surgieron de las investigaciones espaciales
realizadas por Herschel y, después, de los estudios en el cercano y
mediano infrarrojo que hizo el Telescopio Espacial James Webb.

"Una vez que a Herschel se le terminen sus tres años de enfriador,
SOFIA será el único observatorio que pueda proporcionar, de manera
rutinaria, una cobertura dentro del rango que abarca desde las
longitudes de onda del lejano infrarrojo hasta las ondas
submilimétricas. Esta parte del espectro es un territorio casi
absolutamente inexplorado" .

"Y, aunque SOFIA cubre la misma parte del espectro que el Telescopio
Espacial James Webb (JWST o James Webb Space Telescope, en idioma
inglés), está optimizado para alcanzar longitudes de onda ubicadas
exactamente más allá de las que puede detectar el JWST, para
complementar sus observaciones. SOFIA realizará un fantástico trabajo
ya que observará en el espacio que queda entre las longitudes de onda
que capta el JWST y las que capta el Herschel".

A diferencia de estos telescopios espaciales, SOFIA puede "regresar al
granero" periódicamente para reparar, ajustar sus instrumentos o
incluso cambiarlos por otros instrumentos científicos nuevos y
mejorados -siguiendo el ritmo de la ciencia de vanguardia desde
un "simple" aeroplano.

Fuente: Ciencia@Nasa

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